domingo, 7 de septiembre de 2014

Te vi que llorabas por él


Hace poco venía de vuelta de un colegio, en el taxi, cuando un amigo me dice que murió Cerati. Lo primero que pensé fue "esto es una broma". No, no era una broma. Y pese a que todos decían que era lo esperado y que era lo mejor para su estado, yo tenía pena, así full pena, porque recuerdo las palabras de Zeta Bosio en el festival de Viña diciendo que mientras haya vida, había esperanza, y siempre esperaba el momento en que abriera los ojos y sucediera un milagro.
Pero bué.
Quise escribir a propósito de Cerati por lo que él significa no sólo en Argentina, si no que para tres generaciones que crecieron y descubrieron su obra, de la manera que fuese.
Para mis papás representa el himno de su juventud, esa mezcla entre Charly García, Soda, Virus, Los Prisioneros, latinoamericanos todos, y esa onda pop que venía del país del norte y llenaba las fiestas de un ritmo armónico y de largas parrandas.
Para mi, significa mi soundtrack a partir de los 17 años, por ahí. Quién no creció escuchando los clásicos Música Ligera, Persiana Americana, Juegos de Seducción, Vitaminas, etc, no tuvo la base para después indagar un poco más en una banda y un solista con una rica composición. Recuerdo que lo primero que me llamó la atención fue el disco Comfort y música para volar, porque en la radio había escuchado una versión bastante volátil de En la ciudad de la furia y dije "esto es muy distinto  lo que había escuchado alguna vez de Soda" y empecé a averiguar un poco más, y claro, ese disco es una joya musicalmente hablando. Así empecé hacerme poco a poco una fan de ese guapetón que con una letra cargada de sensualidad e insinuaciones te hacía soñar. Un sueño estéreo, creando la dimensión.

Sin ser cronológica (odio guiarme por el correr del tiempo para contar sucesos) otro hito que me marcó fue cuando descubrí Puente. Creo que es la canción que más me gusta, es como para ponerse a soñar y pensar en dónde te encuentras, cómo pueden ser las palabras lo suficientemente hondas como para calar hondo en las personas, porque estoy segura que no sólo a mí me daba escalofrío y ganas de liberar la mente cuando comenzaban a cultivarse los sonidos, sino que a muchos. Arriba el sol, abajo el reflejo de cómo estalla mi alma. 

Ese disco en particular, Bocanada, es toda una experiencia. Es una exploración de Cerati sin el miedo típico al cambio. Los experimentos hacen bien y el resultado es mucho más llenador, alimenta el alma.
Cerati no sólo nutrió mis oídos con sus letras y melodías, sino que influyó directamente en mi corta creación literaria y en mis escritos. Mi blog pasado y éste tienen a tres grandes personajes -si no está de acuerdo no me importa, cada uno considera grandes a los suyos- como pilares fundamentales en mi redacción y en mi forma de pensar: Cortázar, N. Parra y Cerati. Son tres personajes que creo que han roto esquemas y yo los mezclo e invento historias con una influencia directa en el sos, cómo va, la rima que duerme, considéreme enemigo ínitimo de los más extraños sucesos, no soy de izquierda ni derecha, vos sos paisaje, Alma, los barrios bohemios, el cigarro, el faso, la crítica implícita.

Sigamos con el que vive en legado musical. 
Otro descubrimiento fue el disco Dynamo, y recuerdo bien cómo y cuando me deleité con el sonido de un poco más experimental Soda Stereo. Venía en el auto después del concierto de Pearl Jam en el monumental, el 2011, cuando el Daniel tenía sonando a un inconfundible Cerati de fondo. El Robin le preguntó "Esto es lo más nuevo de Cerati?" y el Daniel le contestó "No, es el disco DINAMO(así lo oí) de Soda Stereo, su mejor disco a mi gusto". 
Me fui en un sueño profundo con Luna Roja y en Remolinos, y lo primero que hice al llegar a mi casa fue buscar el disco, lo descargué y no paré de escucharlo hasta hoy. "Florecer mirándote a los ojos, perfección." Ya Soda no era ese grupo nivel farándula del que tenía conciencia hasta hace poco. Ahora era un Soda un poco más complejo, que daban ganas de alguna sustancia exótica para disfrutar las sensaciones a fondo.

Recuerdo cuando tomé clases de pintura en Bellas Artes y mi profe era un tipo re loco que amaba tocar guitarra y era fan del rock argentino (específicamente Spinetta) y los Beatles. Entonces, como esperarán, nos llevamos muy bien al primer momento y siempre cuando llegaba a clases ponía play a su iPod y me decía "Este es Spinetta, el mejor músico argentino" y yo le hablaba de los Beatles y me hablaba de "CHerati -no CErati-tremendo músico" y quedé como "ah? CHerati??" y desde entonces cuando me creo argentina digo "Tremendo que sos,  Gustavo Cherati". Ahí conocí el disco Canción Animal claro que desde antes conocía la canción Té para tres y Un millón de años luz. Ahí el profe me decía que para él, era el mejor disco de Soda. Para mí seguía siendo Dynamo, aunque estaba Comfort y música para volar peleando el puesto.
Con respecto a Té para tres, tiene una influencia directa en mis emociones, pero así nivel estrambótico. Cada vez que la escuchaba se me contraía el corazón, tal como pasó después con Puente. Eso si, me gustaba la versión unplugged. Cuando descubrí la versión Spinetta-Cerati de esa canción, las emociones volaron por el universo. 
Es tremendo lo que puede provocar una canción, muy cuático. Había terminado con alguien, escuchaba Té para tres. Estaba en una etapa melancólica, escuchaba Té para tres. Estaba viajando por el Norte hace poco, escuchando de nuevo Té para tres, y el paisaje que volvía de ensueño. Se volvía místico. Fue el soundtrack en muchos aspectos y por lo mismo genera muchas emociones encontradas.

Mi viaje a Perú también tiene su qué con Soda Stereo, pero ahí conocí más la obra de Spinetta también. Con el clásico Bajan, la música había tomado otro sentido y me estaba interesando por otros sonidos. Spinetta, hoy por hoy, es mi principal influencia junto con Cerati para escribir. Exploté al máximo la versión unplugged de En la Ciudad de la furia, y en las noches de hostal con los cabros, ese disco fue nuestro soundtrack.

¿Por qué tanto soundtrack? Porque la música tiene esa magia de que cuando volvemos a escucharla tiempo después, nos transporta a recuerdos lejanos, los marca, deja su huella. Ese cliché de "no se puede vivir sin música" es totalmente cierto. La música es sentimiento, espíritu, letra, lo que nos dice quienes somos, nuestros sueños, nuestros proyectos. 
Recuerdo que esas sensaciones de viaje espiritual las viví en su mayoría viajando físicamente. Y también con el amor y desamor del tiempo. Porque las letras de Cerati te hablan en cualquier situación de tu vida, como los Beatles. 
En uno de los tantos tours de San Pedro de Atacama, el chofer (un guatón nivel Negro Piñera terrible buena onda y hippiento) tenía puesto Soda y Cerati. Viajando hacia las lagunas altiplánicas, con un frío mezclado con sol, sonaba de fondo:

Tal vez parece que me pierdo en el camino
pero me guía la intuición.
Nada me importa más que hacer el recorrido,
más saber a donde voy
Las cosas brillantes siempre salen de repente
como la geometría de una flor.
Es la palabra antes que tus labios la suelten
sin secretos no hay amor.

Magia, me hablaba en ese momento como si supiera el periodo de incertidumbre que atravesaba mi fuero interno. El de viajar, disfrutar el camino, la espontaneidad. Había llegado a San Pedro buscando liberarme de algo, encontrar paz, y ahí estaba esa canción, pasando a formar parte de mi lista viajera.

Subiéndome para ver al atardecer en el Salar de Atacama, sonaba otra canción que me marcó:

Sos el paisaje más soñado
y sacudiste las más sólidas tristezas
y respondiste cada vez que te he llamado

Vamos despacio
para encontrarnos
el tiempo es arena en mis manos
un lago en el cielo
es mi regalo
para olvidar lo que hiciste
y sentir algo que nunca sentiste.
Y yo ahí, perdiendo la mirada en el horizonte multicolor del norte, con el reflejo de las más dormidas montañas en el agua del Salar. Me hizo darme cuenta que las sensaciones se viven en el momento, que es necesario detenerse y sólo sentir, cerrar los ojos, sentir algo que nunca sentiste. Un canto a la liberación del ser. Cerati representó eso, con Deja Vú, Cactus, Adiós. Pero además a la esperanza, con canciones que te incitaban a no tener límite alguno con la capacidad de crear, de soñar.

 Gustavo significa hoy para mucha gente el autor de esas canciones que enamoraron, que desgarraron sentimientos, bailaron y corearon miles de voces.
Ahora pasa a ser leyenda, tal como los Beatles pasaron a ser leyenda en el mundo entero tras su separación, y Lennon y Harrison pasaron a ser leyenda después de su muerte, Cerati pasa a ser leyenda en latinoamerica, como el protagonista de una corriente de nuevos aires y nuevos cambios.

 Cerati, vos sos el sol, despacio también podés ser la luna.